La pesca ilegal, no declarada y no regulada , es una práctica en la que se violan las leyes internacionales de pesca. El STS50, también conocido como Sun Tai 2, fue originalmente un barco pesquero japonés de 54 metros de eslora y 9 de manga que fue alquilado en 1985. Sin embargo, en el año 2008, el barco desapareció de los registros y comenzó a operar de forma ilegal de manera tan elusiva que no fue capturado hasta el 2018, momento en el que estaba siendo buscado por la Interpol y las autoridades de 40 países. El Sun Tai 2, fue reequipado para capturar la especie de merluza negra a través de técnicas ilegales.
Con un equipamiento de sonar para localizar bancos de peces, así como maquinaria industrial para operar 600 redes de arrastre ilegales en la cubierta, el barco podía desplegar redes a lo largo de 30 kilómetros para capturar la merluza negra, que habita en profundidades de hasta 2500 metros. Además, la nave se caracterizó por cambiar constantemente de bandera y nombre en los registros de 8 países con legislaciones laxas, y fue perseguida por las autoridades de 40 países. La denominación «STS50» es el apelativo con el que pasó a la historia. En el caso del STS50, se estima que lograba obtener beneficios por un valor de 6 millones de dólares en cada viaje ilegal realizado en el Océano Antártico.
En 2016, un barco de pesca conocido como «Ayda» intentó desembarcar una cantidad excesiva de merluza negra en el puerto de Walvis Bay, en Namibia. Esta operación llamó la atención de todos en el puerto debido a la cantidad inusual de pescado que transportaba y al precio que esperaba obtener en la transacción. Al ser denunciado a la Interpol, el barco abandonó el puerto y se dirigió hacia el Océano Índico. Este barco resultó ser el STS50, que en ese momento llevaba el nombre de «Ayda», anteriormente también había tenido los nombre de «Sea Breez 1» y «Andrey Dolgov».
En los meses siguientes al incidente en Walvis Bay, la embarcación conocida como «Ayda» fue detectada realizando una operación de descarga de merluza negra en el puerto de Weihai, China. Esta operación llamó la atención debido a su volumen y las autoridades chinas descubrieron que la documentación presentada por el barco era falsa. Antes de que las autoridades pudieran tomar medidas, la embarcación había desaparecido. En el año 2018, el barco fue detectado en el puerto de Maputo, Mozambique.
Lamentablemente, el STS50 logró huir. La decisión de permitir su partida por parte de las autoridades de Mozambique, es indicativa de la posible existencia de corrupción, lo cual sugiere que hay una infraestructura más poderosa detrás del barco, con recursos suficientes para sobornar a las autoridades en algunos países. En el Océano Indico, frente a las costas de Madagascar, una combinación de tecnologías de radar y satélite permitió detectar al barco pirata STS50 navegando rumbo este. El Ocean Warrior logró tomar imágenes cruciales del STS50, lo que permite su identificación y detención.
La información recopilada por el Ocean Warrior es entregada a las autoridades competentes y el STS50 es finalmente capturado en aguas internacionales. La organización sin fines de lucro Sea Shepherd, es reconocida por su importante contribución en la captura del STS50 y su lucha contra la piratería y la pesca ilegal en alta mar. Gracias a las imágenes capturadas por los drones, el buque STS50 fue identificado y capturado por la Marina de Guerra de Indonesia. Se estima que, durante su operación, el barco pirata esquilmó unos 50 millones de dólares en merluza negra.
Un estudio científico sobre las aves marinas revela que el 30% de la actividad pesquera mundial es ilegal. Sin embargo, al analizar las vísceras de estos animales, los investigadores descubrieron que una gran cantidad de ellas contenían restos de especies protegidas, como tiburones y tortugas marinas, lo que indica que estos animales se habían alimentado de los descartes de la pesca ilegal.
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